La Avenida y Plaza de Mayo estaban listas por primera vez en la historia para recibir la digna marcha de los representantes de más de 20 diferentes pueblos indígenas que con su diversidad de colores y vestimentas llegaron a Buenos Aires para decir " los pueblos originarios están de pié " .
La marcha había comenzado el 12 de Mayo en Jujuy, Misiones y Neuquén. Antes de su llegada, unas dos o tres mil personas, les esperaban en 9 de Julio y Av. de Mayo. Allí estaban diferentes agrupaciones barriales y organismos con diferentes carteles y banderas, la mayoría rostros jóvenes, mientras tanto continuaban los trabajos de instalación de grandes escenarios y stands para celebrar el Bi Centenarios. Líderes indígenas aclararon que no venían a celebrar esa fecha sino a decir a los cuatro vientos "¡Estamos vivos!" y venimos a reclamar por nuestros derechos por siglos desconocidos incluso a pesar de leyes y tratados aprobados pero muy poco cumplidos. Ruidos de tambores y bombos se mezclaban con sierras y taladros manejados por obreros que debían finalizar sus trabajos.
Los que llegaban de lejos se unieron a los que esperaban y se llenaron varias cuadras de caminantes, ¿10 mil? ¿12? ¿más? Difícil de calcular, niños, ancianos, jóvenes, rostros de hombres y mujeres curtidos por el sol y manos fuertes acostumbradas al trabajo en la tierra. Se me imaginaba que venían no solo de lejos geográficamente, sino también desde el fondo de la historia a pesar de muchas injusticias y sufrimientos. La presencia de ellos en la gran Ciudad era como una clara denuncia al exterminio que muchos sufrieron en la mal llamada Campaña del Desierto comandada por el General Julio A. Roca. Campaña que rego de sangre sus tierras mientras otros pudieron escapar para refugiarse en la lejana cordillera para sobrevivir. Clara denuncia contra actuales empresas mineras petroleras o agropecuarias y poderosos terratenientes sojeros que continúan avanzando sobre sus tierras con la complicidad de políticos, algunos gobernantes, jueces, policías y gendarmes.
El año pasado acompañé a representantes wichis que venían a denunciar el desalojo que sufrieron familias en sus tierras "quemaron nuestros ranchos y arados, rompieron los corrales, luego pasaron topadoras para no dejar rastros de vida". Por su parte un miembro de la Comunidad Indígena Guaycurú (Quimili- Dtp. de Moreno en Santiago del Estero) denuncia "Tomaron rehenes de la comunidad, a otros secuestraron y ataron a un palo, luego voltearon la casa...lo hacen con tanta impunidad porque están protegidos desde arriba. Tenemos suficientes pruebas. No se imaginan como se puede hacer con tanta violencia. Viendo a los niños, la madre de los hijos cuando están destruyendo la casa y empiezan a tirarles las cosas, romperte"
La otra cara de la moneda nos dice que la producción de soja pasó de 10.862.000 toneladas en 1990/91 a 48.000.000 de toneladas en 2007/08, se dejo de sembrar trigo, maíz y otras semillas pero, además, muchas familias indígenas perdieron sus tierras con gran violencia en ese crecimiento de riqueza.
Se dijo en la Marcha "nos animamos a llegar hasta este mundo de edificios y asfalto con respeto y fuerza para decir que los grandes negocios de las empresas arrasan nuestras tierras y se llevan nuestra vida" Recuerdo la resistencia que en marzo hicieron por tres semanas unas 20 familias indígenas tratando de impedir la usurpación de sus tierras por parte de la empresa cordobesa Namuncurá SA en San Nicolás (Dto. Banda - Santiago del Estero) ante el asedio de topadoras, en esa situación Sandra Juárez - 33 años murió de un síncope cardíaco. Es bueno aclarar que el avance de las máquinas estaba garantizado mediante un convenio firmado por la empresa y la policía por el cual los empresarios pagaron una elevada suma.
La marcha vino precedida por la Semana Indígena 2010 - Gran Chaco Americano en abril pasado con el lema Somos Vida. Somos Tierra. Queremos Justicia.
Finalizó la jornada en una entrevista con la Presidenta donde presentaron sus justos reclamos por reconocimiento de sus territorios como propiedad comunitaria, respeto a su cultura, educación bilingüe, estado pluricultural, cese de la violencia prepotente que ya ha costado muchas vidas. Habían pasado más de 60 años desde que fueron recibidos en Casa Rosada.
Un detalle no menor, miles se movilizaron y no hubo ni un gesto o acto de violencia sino respeto y dignidad.
¡¡Cuanto hay que aprender de estos pueblos!!
Aldo Etchegoyen
Mayo 21-2010
Funete: El estandarte evangélico