Nuestra Iglesia “La Trinidad” de barrio Cerro de las Rosas en Córdoba, llegó a Barrio Mosconi hace unos 6 años, debido a que el grupo de L.A.M.E (Liga de Mujeres Evangélicas) había iniciado un trabajo en el lugar y solicitaba que alguna iglesia se hiciera cargo de trabajar con niños. En ese momento tomó el desafío un grupo de líderes y maestros de la Escuela Dominical quienes acompañados por jóvenes y adolescentes iniciaron un trabajo con niños que se realizaba en forma quincenal. Allí se hacía enseñanza bíblica, canciones, juegos y una merienda.
En el mes de mayo del año 2007, Elizabet Bombini (Eli) con la Biblia, unos ovillos de lana y unas agujas de tejer acompañó al ese grupo al barrio, sin saber bien por qué ni para qué … pero así son las cosas cuando el Señor lo decide. Y ese fue el origen de nuestro grupo. Luego de dos visitas con otras hermanas, Cristina Fillaster (Cristina), le dijo: “Yo voy con vos”.
Quedó constituido así el equipo que continúa hasta ahora, por tercer año consecutivo realizando las visitas quincenales, en horas de la mañana. La dinámica de las reuniones comienza con la lectura de la Palabra y una reflexión que es lo que da motivo a los comentarios. La que necesita expresarse lo hace libre y abiertamente como en una charla entre amigas, donde circula el mate y algo para comer. Luego de ese momento de compartir, cada una por turno y siguiendo la rueda, dice los motivos por los que pide oración. La que se “anima” ora. Para cerrar el momento hacemos una oración final y cantamos la canción “Un paso más”.
A partir de allí aparecen las agujas de tejer, de crochet, hilos, lanas. Se muestra lo que hicieron con el material que dejamos, hay comentarios, felicitaciones por los avances pero fundamentalmente el orgullo de ellas de ver que con sus manos hicieron el saquito para su bebé, la bufanda para su papá, el chaleco para su hijo o las tiras para coser y armar su primer cubrecama.
Sabemos que hay mucho más para hacer pero también vemos la mano del Señor que nos bendice en cada visita, que nos sorprende y nos sostiene. Por su voluntad estamos en ese lugar, trabajamos para Dios y para su obra, seguras de que cuando Él lo disponga contaremos con un lugar físico que será la IEMA en el barrio. Mientras tanto nos seguimos reuniendo en la casa de cada una de las mujeres que nos la ofrecen, recibiéndonos con amor y brindando lo que tienen, que agradecemos y valoramos. Que el Señor confirme la obra de nuestras manos. AMEN.
María Cristina Fillaster y Elizabeth Bombini
En el mes de mayo del año 2007, Elizabet Bombini (Eli) con la Biblia, unos ovillos de lana y unas agujas de tejer acompañó al ese grupo al barrio, sin saber bien por qué ni para qué … pero así son las cosas cuando el Señor lo decide. Y ese fue el origen de nuestro grupo. Luego de dos visitas con otras hermanas, Cristina Fillaster (Cristina), le dijo: “Yo voy con vos”.
Quedó constituido así el equipo que continúa hasta ahora, por tercer año consecutivo realizando las visitas quincenales, en horas de la mañana. La dinámica de las reuniones comienza con la lectura de la Palabra y una reflexión que es lo que da motivo a los comentarios. La que necesita expresarse lo hace libre y abiertamente como en una charla entre amigas, donde circula el mate y algo para comer. Luego de ese momento de compartir, cada una por turno y siguiendo la rueda, dice los motivos por los que pide oración. La que se “anima” ora. Para cerrar el momento hacemos una oración final y cantamos la canción “Un paso más”.
A partir de allí aparecen las agujas de tejer, de crochet, hilos, lanas. Se muestra lo que hicieron con el material que dejamos, hay comentarios, felicitaciones por los avances pero fundamentalmente el orgullo de ellas de ver que con sus manos hicieron el saquito para su bebé, la bufanda para su papá, el chaleco para su hijo o las tiras para coser y armar su primer cubrecama.
Sabemos que hay mucho más para hacer pero también vemos la mano del Señor que nos bendice en cada visita, que nos sorprende y nos sostiene. Por su voluntad estamos en ese lugar, trabajamos para Dios y para su obra, seguras de que cuando Él lo disponga contaremos con un lugar físico que será la IEMA en el barrio. Mientras tanto nos seguimos reuniendo en la casa de cada una de las mujeres que nos la ofrecen, recibiéndonos con amor y brindando lo que tienen, que agradecemos y valoramos. Que el Señor confirme la obra de nuestras manos. AMEN.
María Cristina Fillaster y Elizabeth Bombini