Una vez más nos preparamos para celebrar la Navidad. Las lecturas bíblicas nos ayudan a situar este acontecimiento en el contexto de la historia humana con sus sufrimientos y búsquedas de caminos de salvación.
Ya anunciaba el profeta Isaías: “Se reconstruirán las viejas ruinas, levantarán los edificios destruidos hace mucho, y se repararan las ciudades en ruinas. Los extranjeros se pondrán a cuidar los rebaños, los campos y los viñedos de ustedes. Y a ustedes los llamarán sacerdotes del Señor, siervos de nuestro Dios. Disfrutarán la riqueza de otras naciones y se adornarán con él esplendor de ellas. Y como mi pueblo ha tenido que sufrir doble porción de deshonra e insultos, por eso recibirá en su país doble porción de riquezas y gozará de eterna alegría.” (61: 4-7)
Estas palabras del profeta encuentran su eco en esta época de Adviento. Porque el Adviento se presenta como un tiempo de expectativas que nos movilizan a renovar nuestro compromiso con Jesucristo. Un tiempo que se distingue del tiempo rutinario que nos atrapa, que nos descubre el significado de la presencia de Dios en medio nuestro.
Atravesamos un momento de la historia en el que los poderes económicos, en su afán de acumulación incesante, han ido impidiendo lazos de solidaridad, afectando la vida y el futuro de muchos. Necesitamos trabajar por un mundo en el que lleguemos a vivir como hermanos y hermanas, donde la solidaridad y el cuidado de los más necesitados exprese el mensaje de Jesús de buscar su reino y justicia para todos.
Deseamos que este tiempo nos encuentre en comunión, celebrando y soñando desde nuestra fe, que otro mundo es posible, que nada puede impedirnos ver las luces que nos anuncian un nuevo amanecer en Cristo Jesús. Oramos para que cada domingo de adviento nos encontremos para nutrirnos y fortalecernos en la comunión con Dios y el prójimo.
Fraternalmente en Cristo
Pastor Frank de Nully Brown
Obispo
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