En una carta enviada al pastor Gesner Paul, Presidente de la Iglesia Metodista en Haití, el Obispo Frank de Nully Brown, de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, expresa que las imágenes de los hechos ocurridos en Haití “nos siguen conmoviendo frente a tanto dolor y sufrimiento”.
“Estamos impactados por la realidad del terremoto y la situación de extrema pobreza que existía antes de este acontecimiento, pero que se pone a luz para toda la comunidad latinoamericana a partir del sismo” dice Frank de Nully Brown, quien afirma que “estamos orando por el ministerio de la Iglesia Metodista en Haití donde tienen que proclamar la esperanza que tenemos en Jesús en una realidad de extrema desolación.”
Al mencionar la frase del fundador del metodismo, Juan Wesley, cuando afirmaba que “el mundo es mi Parroquia”, el Obispo metodista entiende que esta es una invitación “a mirar hacia afuera de nuestros templos donde la gente nos necesita.
Esto seguramente es un desafío muy grande en este tiempo para ustedes”. “Desde la Argentina queremos decirle que vuestro dolor es también el nuestro” asegura el Obispo de la IEMEA, agregando que “nos encontramos dispuestos a acompañarlos con oración, acciones solidarias y en la búsqueda de la justicia de Dios para que su Reino se haga realidad en medio nuestro” detallando que las acciones solidarias se canalizarán a través de CIEMAL (Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de América Latina y Caribe) según lo acordado con las demás iglesias metodistas del continente.
La Iglesia Metodista en Argentina expresa a la metodista haitiana que se encuentra “a disposición de ustedes para toda comunicación que crean necesaria y para que el pueblo metodista de Haití no se sienta solo frente a la misión que tiene por delante con los más débiles y destruidos”.
Al despedirse, el Obispo Frank de Nully Brown lo hace con las palabras de Pablo a los Romanos cuando dice: “Pero en esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra cosa creada por Dios. ¡Nada nos podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!".
(Publicado por ECUPRES Viernes 22 de enero