"CUANDO REINEN LA JUSTICIA Y EL DERECHO MI PUEBLO VIVIRA EN SEGURIDAD, TRANQUILIDAD Y PAZ PARA SIEMPRE".Isaias 32: 17 - 18
El Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos expresa su repudio y condena a los ataques perpetrados por el gobierno del Estado de Israel contra el pueblo de la Franja de Gaza, que ya cobró centenares de muertos y heridos inocentes.Ningún gobierno que pretenda respetar los derechos humanos y la resolución pacífica de los conflictos internacionales puede responder a provocaciones armadas de facciones políticas en pugna apelando a una demagogia militar electoralista y a la agresión masiva e indiscriminada contra la población civil.Los pueblos del Medio Oriente y sus comunidades de fe abrahmica: la judía, la cristiana y la musulmana, están históricamente signadas y predestinadas a convivir en fraternidad, en libertad y en solidaridad para construir juntas un mundo en paz.Jamás se consiguió la paz generalizando la violencia y el terror a niveles de una "guerra total".Palestina es la tierra en la que nació Jesús, el Príncipe de la Paz , cuya llegada al mundo recordamos apenas hace unos días. También Él nació en una época violenta y en un tiempo en el que –como hoy- el pueblo indefenso era víctima de la ocupación ilegítima por el imperio de turno y sus aliados. Desde esta experiencia de haber nacido y crecido bajo la violencia de los poderosos la vida y el mensaje de Jesús buscan derribar en su tiempo y también hoy los muros que separan a los pueblos, las culturas, las naciones, las familias. Acostumbrado desde niño a oír los gritos y sufrir las vejaciones del ejército de ocupación las palabras de Jesús invitan a la tolerancia, al respeto en la diversidad, a reconocer el valor de quién piensa y vive distinto, a construir una sociedad basada en la verdad, la justicia y la fraternidad, únicos instrumentos capaces de garantizar a las sociedades y los pueblos una convivencia en paz.20 siglos después, vemos con tristeza, impotencia pero por sobre todo con enorme dolor como los muros que levanta el poder siguen dividiendo a los pueblos, la discriminación, intolerancia y prepotencia siguen fomentando la violencia mientras los derechos humanos son constantemente violados y la fraternidad y la paz siguen siendo las grandes ausentes. Vemos también como las grandes potencias mundiales ocultan su complicidad ante esta masacre mediante el silencio permitiendo que el pueblo palestino siga siendo víctima del terror que ejerce el Estado de Israel.Reclamamos el cese inmediato de los ataques a la población civil de Gaza, así como una tregua por ambas partes y exigimos que se reanuden las negociaciones bilaterales bajo el monitoreo de las Naciones Unidas, a fin de que se dé curso efectivo a las legítimas demandas del pueblo palestino sobre las tierras ocupadas.Por nuestra parte, nos comprometemos a orar fielmente y a actuar firmemente en pro de la justicia, el respeto por los derechos humanos, la fraternidad y la paz en y para todos los pueblos y sus diversas comunidades de fe del Medio Oriente.